EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE THERESIENSTADT
La Chef ilana Sadka visitó recientemente las instalaciones completas y los memoriales del campo de concentración de Theresienstadt, en la Republica Checa. Una visita de impacto y de profunda tristeza que debe servir como la misma Chef manifiesta:
«Para recordar y para nunca olvidar. En tiempos tan difíciles como los actuales, reforzar la memoria del Holocausto es algo imprescindible y nuestros jóvenes no pueden estar distantes de lo ocurrido». Y añadió: «Siento la necesidad de hacer algo y creo que es importante que las personas que tenemos una cierta visibilidad en nuestra comunidad, sea mucha o poca, actuemos a la cabeza de esta divulgación».
El “campo-ghetto” de Theresienstadt existió durante tres años y medio y durante su existencia, cumplió con tres funciones:
1) como campo de tránsito para los judíos checos que los alemanes deportaban a centros de exterminio, de concentración y de trabajos forzados en Polonia, Bielorrusia y los estados bálticos bajo ocupación alemana.
2) como un ghetto-campo de trabajo al que las SS deportaron y en el que luego encarcelaron ciertas categorías de judíos alemanes, austriacos y checos según la edad, discapacidad por causa de servicio militar o por ser celebridad local en las artes y otros aspectos culturales.
3) y tambien para retener a los judíos de los grupos anteriormente mencionados. Se esperaba que las condiciones de pobreza que había allí aceleraran la muerte de muchos deportados, hasta que las SS y la policía pudieran deportar a los sobrevivientes a los centros de exterminio de la zona este. Como dijo desde el dolor la propia Ilana: «recordar y para nunca olvidar».